
El Obispo convocó en su homilía a: "Honrar a los hermanos que han sido heridos para servir y defender nuestra vida y también a aquellos que han muerto en el cumplimiento del deber y que han entregado la vida hasta el fin" agregando que: "Jesús también entregó la vida hasta el fin, Él puso el pecho por los otros".
En el templo reinaba un clima pleno de paz y reflexión. Participaron oficiales y suboficiales de las fuerzas de seguridad de la Policía de la provincia de Buenos Aires, encabezados por el Comisario General de Zona Norte y Oeste, Walter Iñiguez y el Comisario Mayor, Sergio Pérez; autoridades del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y de los Partidos de San Isidro, San Fernando y Tigre, como así también familiares del Personal caído y herido en cumplimiento del deber.

Hacia el final de la celebración monseñor Oscar Ojea despidió a los presentes expresando: "Que Dios los cuide a ustedes pero también a quienes delinquen a quienes tienen historias de vida muy difíciles, que están condicionados en muchos sentidos" e invitó las fuerzas a: "Rezarle a la Virgen y pedirle que el servicio que ustedes prestan con la Gracia de Dios, pueda hacerse sin derramamiento de sangre".
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